Cansado de buscar algo que me hiciera sentir vivo, que me hiciera ver la vida como la miraba antes me enfoque en la tarea de dejarlo todo y empezar de cero, así es como abandone mis creencias y mis recuerdos. Simplemente los sepulte en quien sabe donde y me aventure en empezar a vivir.
Y así fue como cambie mi residencia, apartado de todo, solo y relajado. Fue entonces cuando te encontré en aquella noche de calma y misterio, donde el viento soplaba y relajaba el calor de la tarde, fue cuando comprendí que ahí pertenecía.
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